Somos una empresa familiar que desde 1957 elabora vinos con tradición artesanal en Carmelo, Departamento de Colonia, Uruguay. Somos la tercera generación, el sueño de un inmigrante vasco que a principios del siglo XX llegó a la América, con la audacia de los que no tienen nada que perder. Somos la historia que hoy queremos compartir con vos.
Nuestros suelos de estructura franco arenosa de buen drenaje, unido al microclima de gran amplitud térmica dada por la cercanía con el Río de la Plata, nos ayudan a brindar al parque varietal los más amplios matices. Producto de la constante reconversión iniciada a finales de la década del 70, hoy nuestros viñedos están compuestos por plantas libres de virus, de selección clonal, en las variedades Tannat, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Marselan, Merlot, Sauvignon Blanc, Moscatel de Hamburgo y la más reciente, Arinarnoa.
Elaboramos vinos jóvenes, amables, que expresan lo mejor de cada variedad y que conservan intacta la esencia que nace en los viñedos. Convencidos de que no hay tecnología que reemplace la mano del hombre, velamos por el cuidado artesanal. Decidir personalmente el momento de cada cosecha, vigilar con calma la fermentación, degustar, etiquetar manualmente y recomenzar, son las claves de un saber hacer que mantenemos invariable desde nuestros comienzos.
Testigo de los inicios de la empresa y, al mismo tiempo, de la familia Zubizarreta-Menna. Una señorial casona de principios del siglo XX, restaurada en el año 2001, que conserva su estilo clásico, sus techos altos y artesonados y muros que guardan muchos recuerdos. La llamamos “Casa de Aitona”, que en el lenguaje del pueblo vasco significa “Casa del Abuelo”, como un sentido homenaje a ese abuelo que apenas conocimos, pero que nos mostró un camino por el que hoy transitamos.
Recreamos el almacén de campaña que nuestro abuelo Pedro tuvo en la década del ‘30 y ‘40, y allí guardamos los recuerdos más especiales de la familia. Todo está intacto en ese lugar. Las primeras botellas, vestidas de polvo y tierra, medidas de estaño y una balanza de dos platos, guardan épocas de viejas cosechas, tiempos de faroles a mantilla, caminos de tierra andados de pies descalzos.